lunes, 7 de noviembre de 2011

Flores en San Mamés

Hay dos posibilidades: o se produjo el fallecimiento de alguien, o dos entrenadores rivales se elogiaron. Si elige la segunda opción, está en lo cierto: luego del vibrante empate -con lluvia torrencial como escenografía- entre Athletic Bilbao y Barcelona por 2 a 2, Josep Guardiola y Marcelo Bielsa se dijeron de todo menos feo, en función de los ideales futbolísticos que los unen.

Guardiola -según se desprende de una nota de Ezequiel Fernández Moores en Canchallena- se reunió con el rosarino en su afán por capacitarse como entrenador durante un viaje que realizó por la Argentina. Y ahora reconoce que los jugadores del Athletic Bilbao fueron once "bestias", en relación a la intensidad con la que jugaron el partido. El ex entrenador de la Selección Argentina devolvió gentilezas, como no suele hacerlo, tildando el estilo implementado por Pep como "revolucionario", entre otras zalamerías.

La "máquina blaugrana" puede haber mermado en su rendimiento en los últimos partidos, reduciendo su potencial al de un equipo cuasi "normal". Aun así, la oposición presentada por el conjunto vasco fue digna, buscando ganar no como sea, sino fiel a la filosofía de su mentor quien, como lo hiciera con el seleccionado chileno, les hizo entender a Fernando Llorente y compañía que tener puesta una camiseta no implica solamente patear una pelota, sino que envuelve muchas otras cuestiones emotivas.

La imagen que dejó el partido, más allá del fútbol, fue la de una reunión de dos personas que en la búsqueda de resultados no resignan ni un segundo a sus premisas ni a sus metodologías de trabajo...ni a la honestidad. Por más que se haya dicho hasta el hartazgo, bien vale repetirlo.