jueves, 9 de diciembre de 2010

La fiesta es roja

A pesar de haber jugado la segunda final con la camiseta alternativa de color azul -todavía no me explico porqué no jugó con la titular- Independiente tuvo su orgásmico final: levantó la Copa Sudamericana, tantas veces menoscabada y poco ansiada por la hinchada argentina en general. En esta oportunidad, a los hombres que Antonio Mohamed eligió para disputar el segundo partido frente al descendido Goiás no les interesó si el premio era consuelo o poco atractivo: ganaron y están felices por el logro. Es que la Copa Libertadores tendrá a uno de los clubes de Avellaneda -el otro, Racing, quedó afuera al empatar anoche con Godoy Cruz- como protagonista en su edición 2011.
El pitazo del colombiano Oscar Ruiz, que decretó el 3 a 1 final post alargue y desembocó en la definición por penales, redundó en gestos de preocupación e incertidumbre en la "parcialidad roja". La noche parecía prepararse para una lluvia de goles cuando a los 34 minutos del primer tiempo Facundo Parra estableció, desde el piso, el tercer tanto Pero el tablero electrónico no se movió, Independiente tampoco -se quedó sin piernas- y terminó acorralado por el Goiás, que se animó al ver que su rival flaqueaba.
Eduardo Tuzzio, aquel que se fue de River por la puerta de atrás porque la dirigencia lo señaló como principal responsable de la debacle futbolística materializada en el último puesto del Torneo Apertura 2008, tuvo su revancha. Con la presión de verse obligado a convertir su penal con el marcador 4 a 3, pateó de derecha al ángulo y se erigió en héroe de un club golpeado deportiva y económicamente. Que por un buen tiempo va a olvidarse de los moretones para disfrutar un título internacional -el número 16- y creerá posible recobrar el mote de Rey de Copas, hoy correspondiente a Boca y Milan con 18.


Eduardo Tuzzio y el video del penal decisivo


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